domingo, 28 de octubre de 2012

Los pelos de punta

Mis neuronas aceleradas por la amplia sucesión de información recibida,
mi corazón enloquecido por sinsentidos producidos en el tiempo y en el espacio,
mi piernas pedaleando de clase a casa y de casa a clase
rompiendo las horas y el viento que azotan cada día,
mis manos escriben
en papel o sobre un teclado,
mis ojos buscan obsesivamente un lugar apartado
pero al alcance de la mano...
el conocimiento que me permita dar el salto.

Y así el frío no cala
el frío se queda en la superficie de mi piel
aburrida por no dejarse querer,
despuntando el bello que recorre mi cuerpo
punteando mis brazos
piernas
y espalda,
creando en mi nariz una goteante estalactita
enfriando con hielo las yemas de mis dedos.

Pero mi alma no deja de latir
más fuerte si cabe
que el corazón de la madre tierra.






*
 

martes, 16 de octubre de 2012

Otoño seco

En las hojas se difumina el color brillante proporcionado por el agua y el sol,
en la tierra aparecen calvas donde antes sobre una alfombra me tumbaba,
la electricidad se siente en el ambiente
y el frío comienza a afilar sus agujas.

Los silencios tienen recuerdan el eco de los buenos momentos
y las palabras tiritan en la boca y en los dedos,
a falta de tus besos y abrazos me agarro a mi chaqueta
que me proporcionará el resguardo del invierno.

Sigue dejandose querer la lluvia tan echada en falta,
sigo dejandome querer por las mantas que me atrapan,
sigo con los estudios que un día olvidé
y con los que aun me faltan por aprender.

Las mañanas empiezan a oscuras con el siempre afilado sonido del despertador,
me dispongo a despertar cuerpo y neuronas
para atacar ese idioma que tanto deseo aprender
 y tanto esfuerzo supone,
en reducidos y variados grupos escuchamos, escribimos y hablamos
ese idioma tan útil por su extension por africa llamado francés.

Poco tiempo para repasar lo aprendido
justo antes de alimentar la energía que me ayuda cada día,
la que me vuelve a montar en bicicleta
para llevarme más allá de mis metas.

Y vuelvo a sentir el frío en mis manos...
y el cansancio en pulmones y piernas...

Tarde universitaria...¿quién me lo iba a decir?
sin dejar de sorprenderme...
voy por buen camino
con rumbo fijo y constante hacia mi destino.
Y cada día un poco más.

Vuelve la oscuridad acompañada de los colores otoñales,
amarillos y marrones
buscando hueco en los campos de castilla,
y yo me siento sobre la roca de este banco
a esperarte,
mientras mis dedos reflejan las sombras y luces
de una estación que espera a la lluvia
para dejar que las hojas abandonen las ramas que una vez las vieron crecer



*
 

lunes, 8 de octubre de 2012

En un lugar de castilla...

...de cuyo nombre espero acordarme, un hidalgo (no digamos caballero) de tierras andaluzas vació sus enseres. Cuatro mesesde vuelta a los estudios entre libros, papeles y pintarescos lápices.
"Experto en Agua Saneamiento e Higiene en Cooperación Internacional"
Así decía el letrero de la taberna que frecuentaría durante muchos días y noches de aprendizaje.
Buscó hospedaje.
Lo encontró sin más dilación.
Y como quien se tumbase en su lecho de infancia, con ese suspiro que llena cualquier habitación, observó a su alrededor y sonrió.



Una gran mesa para garabatear las ideas que los libros te prestan.
Una ventana que le mostraría cada mañana los cielos de Alcalá de Henares mientras imaginara cómo serían en medio de la selva congoleña.

En los primeros días se dejó llevar para comprobar las culturas de una tierra desconocida, sus quehaceres, sonrisas y engaños.
Tras una semana de actividad continua e intensas primeras charlas con gente nueva a tratar, ya el hidalgo andaluz se aposenta con toda su humildad a escribir en tierra de Cervantes.
Muchos conocimientos aportados en tan poco tiempo pueden asustar a una cabeza perezosa, pero no es el caso de quien teclea el expuesto, tan sólo abro más los párpados para no perderme los detalles más minúsculos.

Al "Français" lo estoy retando a una lucha desigual, con sus armas y yo a pecho descubierto. Veremos si llega el momento en el cual pueda soltar versos franceses escuchados en algún lugar por descubrir.

Sin más se despide esperando seguir informando de sus andanzas,



*