viernes, 29 de noviembre de 2013

WORKS DONE


Tras 5 meses y pico en Myanmar, de los cuales unos 2 han sido en Bhamo, el gran objetivo alcanzado es el de crear un equipo unido y con capacidad de responder con rapidez a las necesidades de los desplazados por el conflicto armado.

Cuando llegué aquí existía una barrera invisible pero infranqueable entre los supervisores y managers (Birmanos venidos de otras regiones de Myanmar) y el equipo de agentes de campo (locales de Kachín state). 
Este es el trabajo que no se ve, pero largas conversaciones con los managers y mi propio comportamiento hacia cada uno de los integrantes de este gran equipo , junto con las ganas de todos ellos de convertirse en “una familia”, han hecho que el respeto, las sonrisas y la confianza hayan crecido de manera exponencial en los últimos meses.

Pero lo que a todos vosotros, a los jefes de Solidarités International y a los donantes (ECHO, UNICEF…) les interesa son los resultados tangibles.

OBJETIVO 1:
Mejoradas las condiciones de saneamiento en 7 campos de desplazados. 
(con el tema de la emergencia el trabajo ha sido finalmente realizado en 10 campos)
Este era el grueso de actividades a realizar.

·     




28 nuevas letrinas semipermanentes con tanque séptico.

·         2 letrinas de zanja con 10 asientos cada una (en 3 semanas las hemos cerrado pues hemos acabado el siguiente punto.




·         40 letrinas de emergencia

·         41 rehabilitaciones de antigua letrinas, y descarga de los tanques sépticos que se encontraban llenos en todos los campos.

·        






  •        Más de 100 estaciones para limpiarse las manos frente a las letrinas (cuando llegué aquí no había ni una sola!!!)










·         Más de 4.500 metros de sistema de drenaje para evitar inundaciones en la época de lluvia.










·         Incremento de la longitud de los canalones y de la capacidad de almacenamiento de los sistemas de recolección de agua de lluvia.










·         Mejora de la gestión de la basura. Realizada mediante la división de basuras. Cubos para plástico recogidos semanalmente por un camión municipal y “pits” para la materia orgánica (quemada luego para usar como compost). Los campamentos están ahora increíblemente limpios gracias al gran trabajo de los promotores de higiene y del WWG.




·         Creación de “WaSH committees” (nombre final WaSH Working Group, WWG) integrados por miembros de la comunidad de desplazados en cada campo,  cuya función es el mantenimiento de las infraestructuras, la promoción de la higiene en el campamento y la organización de la limpieza del campo, de las letrinas…

·         Promoción de la higiene. Además de los WWG, hemos realizado concursos de dibujo en las escuelas, concurso de poemas, de debate, de teatro y de baile, además de las clásicas sesiones con toda la comunidad para mejorar  las costumbres higiénicas, demostraciones y demás…



·         Construcción de un pozo profundo con compresor para abastecer de agua potable a los más de 600 nuevos desplazados recién llegados a un campamento donde tan sólo había 80 personas. (Ahora tienen 2 pozos)











·         Rehabilitación de áreas de aseo personal, colocando barreras visuales para la intimidad y coberturas a los tanques para evitar la proliferación de insectos (control de vectores como el Anopheles)



·         Creación de 3 nuevas áreas de aseo (y otras tres en marcha)





OBJETIVO 2:
Mejorado el abastecimiento de agua en calidad y cantidad en 4 IDPs camps

En este objetivo el cambio ha sido también muy grande. 
Se tenían evaluados 4 campamentos de entre 300 y 700 personas cada uno. 
Cuando llegué aquí y realicé la evaluación de necesidades, los 4 campos ya tenían abastecimiento de agua. 

Uno de ellos, Pa Jau, en la zona no controlada por el gobierno, recién construido el sistema. 
Así que encontramos la necesidad en un campamento cercano (Je Yang) de cerca de 9.000 personas!!!!
Así que tras tomar en dos días los datos que pudimos en esa zona donde ningún extranjero había estado en no se sabe cuánto tiempo, 
el proyecto para la toma de agua, el tratamiento y la distribución está acabado
ahora estamos en la búsqueda del constructor y del suministro del material. Una odisea teniendo en cuenta donde se encuentra el campamento….

En Je Yang estamos formando a un comité de agua para el mantenimiento y funcionamiento de la red.
Os dejo el esquema de la red a gran escala

Por otro lado, los otros 3 campamentos se encuentran dentro de un pueblo de 8.000 personas  (más los dos mil desplazados de los campamentos) limítrofe con China donde se encuentran otros 3 campos de desplazados. 
La red de suministro del pueblo les llega a todos, pero el sistema de tratamiento es una mierda (como si no existiera), el sistema de tuberías está destrozado y el mantenimiento es nulo. 
Finalmente, y tras otra toma de datos y entrevistas intensiva, vamos a construir un nuevo sistema de tratamiento de las aguas y a abastecer con formación y piezas de repuesto al TDC (comité de desarrollo del pueblo). 
En esto todavía estamos trabajando.

OBJETIVO 3:
Mejorada la capacidad de defensa frente al invierno de la población desplazada.

Estamos acabando de distribuir por 34 campos de desplazados de todo el estado de Kachín 17.782 kits de invierno. 
Cada kit consiste en una manta, un jersey y un gorro de invierno. 
Decidimos dividir por tamaños la ropa de abrigo, (pequeño, mediano y grande) lo que ha hecho más complicada la identificación y la distribución, pero también más ajustada a las necesidades.




Y esto es todo hasta hora…










Orgulloso del equipo por el esfuerzo realizado y los logros conseguidos.






*

viernes, 22 de noviembre de 2013

Perdido en Myanmar II

Con el sol, aparecieron libélulas flotando alrededor de los miles de templos color tierra de Bagán. 

Visité alguno que otro con un ritmo más propio del que descansa que del que viaja.



Tras una merecida siesta en Winner Guest House, una bicicleta amarilla
y mi cabezonería me ayudaron 
a escalar las cimas, 
sumergirme en las plantaciones 
y camuflarme entre rebaños de vacas jorobadas 
en busca de una puesta de sol que tardó menos en llegar de lo esperado.  




Ni los pinchazos en la rueda ni la oscuridad fueron suficientes para que desesperara al perderme. 
No me quedé parado y llegué…
y cené y compartí y dormí
para despertar al día siguiente con prisas en la puerta 
pero con relax en la cama.
Una nueva visita esperaba...




Tercera parada: Mont Popa

Una china desesperada por la tranquilidad española, desde la salida hasta la vuelta.


Mientras tanto una parada donde me demoré con un toro para sacar el aceite de cacahuete, 
bebiendo a primera hora de la mañana un licor artesanal y probando delicatesen myanmarcianas.

Un viaje en coche alquilado por una pradera arbolada típica del centro de este país que desemboca  en la falda del gran volcán Popa. 



Allí se alza como si fuese un gran rascacielos en medio de la nada, una estilizada y alta colina de roca rodeada por más de 707 escalones y coronada por un templo.
Templo que guarda a los “nats”, 
espíritus de personas que murieron trágicamente. 
A los “nats ¨se les ofrece dinero 
y a los monos que en cantidades ingentes guardan el templo, se les dan cucuruchos de papel rellenos de frutos secos.

Subida calmada no se hace pesada.

Bajada y de vuelta, 
con previo paso por el “Mont Popa Resort” para un ligero avituallamiento,














a Bagán
y a sus templos 
para volar de nuevo con una aún más bonita puesta de sol.


Cuarta parada: Inle Lake 

Esta vez el viaje fue durante las horas solares, en un autobús y parando en todos los pequeños pueblos que se cruzaban por el camino. En ellos íbamos recogiendo a gente  que ocuparon hasta llenar hasta el pasillo central. Bello viaje desde la llanura hasta las montañas que rodean el gran lago, y de nuevo bajada hasta las azules y calmadas aguas de Inle.
En la cena una compañía española inesperada y más que bien recibida. Rodolfo lleva a cabo su oficio de fotógrafo y viajero en las vacaciones del trabajo que le ata a la sociedad. Un placer conocerlo y bienvenidas sus propuestas para conocer el lugar.



Por la mañana, ya bien entrada, calzamos nuevas bicicletas (de nuevo una amarilla para mí)
y se cruza para unirse en el camino Simeon, banquero suizo que deja plantado su trabajo para dar la vuelta al mundo durante un año. 








Vamos a unas aguas termales donde solo bebemos cerveza para luego tomar,
acompañados de una pareja de alemanes jubilados, un bote que nos ayuda a cruzar el lago de lado a lado.

Cuando emprendemos el camino de regreso cambia radicalmente el cielo, se vuelve gris y empieza a diluviar.
Durante 11 kilómetros que parecen cientos, Alicia, Simeon y yo rodamos bajo una cascada de agua mientras reímos y disfrutamos por instantes de las maravillosas vistas de Inle Lake lavado por las intensas lluvias asiáticas. Antes de llegar al pueblo, y cuando la tormenta cesaba, paramos a retomar fuerzas con una botella de vino de la tierra y una buena sopa.
Una de las más asombrosas cosas pasó en los últimos kilómetros que nos separaban del pueblo. Sin luz en un camino desconocido, un motorista redujo su velocidad, y sin decir una palabra se puso detrás nuestro a alumbrarnos hasta el último metro. Estas son las cosas myamarcianas, tan serviciales y honestas personas que te parece estar en otro planeta.

Sólo quedaba un día cuando desperté a las 4 y media de la madrugada en busca de un bote que me llevara a ver el amanecer en medio del lago. 

Pero no fue eso lo único.


Festival de colores, 
sabores, 
olores 
y canciones 
en un templo de cuento de hadas rodeado por aguas.

Artesanos de la plata, de la tela y del tabaco en sus talleres flotantes.


Calles venecianas en media de la jungla que llevan a fiestas de remos,  alcohol y colores.

Escaleras interminables 
rodeadas de miles de estupas.

Plegarias intensivas 
a los pies de Budas cubiertos de oro…

La vuelta bajo una fina lluvia se hace en silencio, tratando de grabar en la memoria cada uno de los momentos.




Sólo una última parada antes de coger el autobús a Yangon. 


No sé aun cómo, 
pero encuentro un monasterio de monjas budistas 
(avisado por Rodolfo) 
donde durante una hora más de 40 nuns  repiten, intentando aprender, palabras en español, inglés y alemán. 

Una sonrisa que no me cabe en la cara y toda mi energía en plena efervescencia contagian a las niñas de no más de 14 años. 

Momento completamente inolvidable.


Nuevo autobús nocturno que tras cerca de 12 horas me deja de vuelta en la realidad en la realidad de Yangón, del trabajo de oficina hasta que vuelva a Bhamo (donde ahora estoy) para dedicarme más de lleno al trabajo de campo.


¿y qué es lo que estamos haciendo aquí?

En el próximo post se verá.




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lunes, 18 de noviembre de 2013

Perdido en Myanmar I


Ya han pasado casi dos meses desde mi “break” de una semana en medio de estos seis meses de continuo trabajo.
 Pero ahora, en medio de la mayor carga, quisiera volver a recordar esos días que sucedieron, aunque parezcan sacados de la mente de Lewis Carrol más que de la realidad de un viaje improvisado. Quizás así consiga evadirme, mientras tecleo, de los asfixiantes días en los que me hayo sumergido.


          Tras dos horas sentado junto a la pista de aterrizaje (literalmente) de Myitkyina, aterrizó el avión. Aproveché para respirar, cosa que se me había olvidado hacer en las últimas tres semanas, escuchar música y escribir para dejar volar mi mente hacia donde aún no había llegado.

Primera parada: Mandalay

Allí tenía una cita demorada casi 22 años. La pequeña Alicia había sido compañera de clase en mis años de colegio de monjas en Pamplona, y ahora nos reencontrábamos en un aeropuerto semivacío al otro lado del mundo.

No tardamos en coger un taxi compartido hacia la ciudad, pero si tardó el taxi en arrancar.
Durante la hora que nos llevó llegar hasta el Garden Guest House hicimos un recorrido por el pasado no conocido para centrarnos lo antes posible en el presente por llegar. 
Esto vino acompañado ya de ron, arroz y la cortina de agua que caía sobre la ciudad. No pudimos más que visitar un par de bares, donde dejamos la imprenta de unos locos que no paran de hablar alto en un lenguaje incomprensible para los myanmarcianos, hasta bien entrada la noche.

Al día siguiente tras un desayuno más propio de un almuerzo, me estaba esperando una pick-up, o más bien yo la tuve que esperar a que se llenara, para tomar un camino que recorría pueblos hasta llegar a mi siguiente destino.


Segunda parada: Ping Oo Lwin

Una moto de alquiler sin fianza para llegar a las cascadas de Poi Kauk, donde en el día soleado que era, se había reunido gran parte del pueblo a bañarse y olvidarse del cotidiano día a día. 
Yo era uno más, y como tal me sumergí bajo un torrente de agua fresca. 
Por primera vez en tres meses  desaparecí de la tierra para fundirme con el agua y fluir con la corriente. Así continué durante el resto del viaje, ajeno al mundo en el que vivo y disfrutando de mi.


El resto del día dio para un paseo a pie y en calesa, una cena india y para dormir… dormir… que bien sienta cuando desconectas el teléfono y solo te dedicas a soñar.

Ping Oo Lwin escondía una sorpresa, un jardín de las maravillas rodeando un gran lago. Hasta allí llegué en bicicleta, después, todo fue guiado por mis pies. El olor a hierba recién cortada y las flores de mil y un colores, los bosques de bambú y de arboles petrificados, los caminos que no llevan a ninguna parte, las aves de otro mundo y los monos escondidos, las torres más altas y las aguas más tranquilas, los turistas asiáticos y los monjes meditando… todo irreal pero cierto.

El día no había acabado y retomé una nueva pick-up de vuelta a Mandalay. 
El camino me mostró la belleza de una puesta de sol desde lo alto de una montaña, motos conducidas por enormes ramos de flores y el contraste entre el aire campestre y la polución al llegar a la gran ciudad.

-¿Moto-taxi?
-Sí, gracias, quisiera dirigirme a Bagán.
-Para eso necesitas coger el autobús…
-Pues llévame hasta él.

En el más pirata de los bares del país de los piratas esperé.
 Tragando cerveza y difuminándome en una esquina del local cuando las peleas empezaron a surgir.
 Dos horas que dieron hasta para improvisar música entre unos guitarristas y mi armónica, 
como siempre mal tocada.


Autobús nocturno entre el frío de la noche y el calor de una manta.



Tercera parada: Bagán


En mitad de la madrugada me encontré tumbado en una calesa tirada por un caballo por las calles embarradas de una ciudad salida de las películas de Peckinpah . Tomando un café de sobre (café, leche y azúcar en un mismo pack), mientras hablo un idioma que desconozco, consigo despertar y ser consciente de donde estoy. Justo a tiempo para ir al templo más alto (o eso creía) a ver como los primeros rayos de sol iluminan de costado los miles de templos que se reparten por la amplia explanada de Bagán, junto al gran río Ayeyarwady.

........ continuara?


*