sábado, 28 de noviembre de 2015

VIAJE A LAS PROFUNDIDADES


Me quedan apenas unos días para comenzar un nuevo reto,
un reto que me hace abandonar de nuevo mi tierra por un tiempo indefinido
dejando un amor a medio recorrido de la felicidad
aparcando mi satisfacción sentimental por la profesional.
Quizás sea un error, un grave error, pero es mi decisión....
...es una decisión...que siempre es mejor que ninguna.


Conseguido un  objetivo que hace cosa de 4 años se asemejaba a una utopía
nuevos retos busco
nuevas metas necesito
para seguir un camino en lugar de pararme a observar lo conseguido.

Aprender a gestionar y entender mis emociones,
sumergirme en mis profundidades,
conocerme más a mi mismo....
cómo???
Pues no lo tengo muy claro aunque mis primeros pasos ya he dado.
Todos me han aportado algo nuevo,
aunque algunos los continúo dando y otros os he dejado apartados.

Y me relajo...
y no me ofusco (al menos tanto) con aquello que no se ajusta a mi entendimiento
y me sumerjo de nuevo en libros
libros que me sumergen en mi mismo
y cierro con palabras y besos los dolores causados
y me escondo para encontrarme en un sinfín de islas
donde me introduzco en las profundidades del océano
como un fantasma en el mundo real...
observando pero sin ser parte de la realidad.

No me creo lo que veo
lo que siento,
son colores indescriptibles
animales que se acompañan e interactúan sin importar el tamaño
delicados bosques sin arboles
con coronas y anémonas que ocultan payasos, trompetas, arcoiris...
Todo bajo el mar tiene otro ritmo
otra respiración a la que me debo adaptar
y me siento el hombre con más suerte del mundo por disfrutar al menos una vez en mi vida de estas maravillas que no pertenecen a mi mundo.



Me sumerjo también en la compañía que no me acompaña en mi camino
aunque si en mi vida




Me escondo donde todos me puedan ver
antes de encontrar una nueva forma de vivir
que me lleve hasta la nueva meta
antes de partir a donde no sé.



Echo tantas cosas en falta...
pero siempre las puedo encontrar en las profundidades de mis recuerdos
donde mis fantasmas siempre vuelven
cuando se sienten solos.


*


miércoles, 16 de septiembre de 2015

Ya me queda menos para que esta corta y tranquila misión toque a su fin,
espero que se trate de un punto y final y no seguido,
espero que la paz acabe llenando los poros de esta región de montañas de té y palmeras bañadas por el Tanganika.

En este mes y medio que llevo aquí he podido...
ver
escuchar
mirar
saborear
una cultura llena de sonrisas y miedos,
un país pequeño que esconde una fragancia muy especial
marcada por una historia de sangre y agua.

He conocido bastante gente,
he hecho amigos, buenos amigos,
y reencontrado otros a los que tenía perdido.




Pateando kilómetros de caminos de tierra que te llevan a la frontera
con una mirada cada vez más acostumbrada a la escasez
quizás más profesional
quizás menos triste.



Sentados en casas,
casuchas,
patios,
bajo una sombra protectora
o con el sol abrasando la espalda.





Hablando con todo tipo de personas
que viven en diferentes situaciones,

mujeres que esperan a sus maridos que se fueron a Tanzania,

niños que esperan el comienzo de un nuevo curso sin saber ciertamente en que momento de su historia se encuentran....tan sólo viven (y sonríen),

hombres jóvenes que matan el tiempo entre cartas y cervezas,


mayores que han trabajado toda su vida y lo conseguido lo comparten a mano abierta con desconocidos que huyen,

parejas de expatriados que llevan años trabajando por revertir la situación de este país y que mientras tanto viven una vida tranquila, feliz y sin contemplaciones,

jóvenes burundeses que desde dentro hablan y sueñan con un Burundi próspero
...y que por ello luchan con palabras, imágenes...


Felizmente he recuperado un amor que creía perdido
con quien sueño en el presente con los momentos del futuro que nos quedan por vivir

También me he relajado en la orilla del lago
he visto hipos a pocos metros de distancia,



he nadado para alcanzar una playa, donde una avalancha de niños me gritaban sonriendo "musungu" y, como si yo fuera un mono de feria, me rodearon, sin dejarme ver ni el mar que estaba a un metro,

he jugado al squash.... y casi muero en el intento... pero lo disfruto y buscaré como seguir haciéndolo,

he comido pinchos de cabra, vaca y pescado


he bebido agua....mucha agua....y también cerveza

Ahora, por delante, quedan días de cara-pantalla,
pegado al ordenador escribiendo informes y modelando ese trabajo que espero que nunca se llegue a realizar.
Buscaré en este tiempo disfrutar de aquellas cosas con las que más disfruto en Bujumbura
Las que me hacen sentirme vivo y feliz no solo por mi trabajo, si no por la vida que me ha tocado vivir....

...sigo arañando el cielo...





*

domingo, 16 de agosto de 2015

UN PEQUEÑO PAÍS...UNA PEQUEÑA ESTANCIA

Hace un año y medio ya tuve la suerte de conocer al país que me ahora me acoge.
Tan sólo unos días me senté y tumbé en sus playas, frente a su querido Tanganika , para respirar tranquilidad. 
Y la respiré, y descansé y recogí la energía necesaria para continuar en Sudan de Sur.
También sentí una incertidumbre con respecto al futuro, no muy preocupante para los burundeses pero a la que debía de estarse atento....las elecciones al país llegarían en 2015 y todos temían, sin esperarlo, un cambio en la paz de los últimos años.

Los temores comenzaron a hacerse realidad en Burundi en la primavera de 2015. 
Los pormenores del por qué, no son parte de mi entrada, pero la consecuencia es una incertidumbre en todos los estamentos de la sociedad.
Unos porque si y otros porque no, 
van dejando muertos aquí allá, 
desplazados resguardados en la aparente tranquilidad de las colinas de diferentes regiones del país 
y refugiados en los tres países que limitan con este pequeño país de la región de los grandes lagos de África.

Y ahora, en pleno verano, con el miedo y la incertidumbre de si el pasado volverá a reproducirse en el futuro, Oxfam (con un equipo de tres personas entre las que me encuentro) se lanza a realizar una misión de evaluación, preparación y repuesta (en caso de ser necesaria) en el interior de Burundi. 

Mi primera misión en un país francófono. 
Mi primera experiencia de trabajo donde el francés forma parte del día a día laboral y también en el tiempo de ocio. 
Hace unos meses no estaba preparado, y creo que todavía no lo estoy completamente, pero me lanzo al vacío a comprobarlo por mi mismo, a aprender y a estrellarme las veces que haga falta (para volver a levantarme).
Se trata de un tipo de trabajo que nunca antes había realizado, el momento de un país que comenzaba a desarrollarse (en la ciudad siempre mucho más que en la zona rural), comienza una nueva crisis política (siempre los mismos y su deseo de poder....da igual de que país del mundo se trate) que afecta y afectará a la población. 

Desplazados y refugiados de movimientos desconocidos.
Condiciones higiénicas que se agravan con la consecuente posibilidad de enfermedades que se complican con la falta de acceso al agua potable y a un saneamiento adecuado...el pan nuestro de cada día pero envuelto en una oscuridad de desconocimiento.

Para mi: una nueva experiencia laboral, diferente a todo lo anterior, donde aprendo de un nuevo contexto y de unas metodologías de trabajo que nosotros mismo debemos adoptar y preparar.

Espero con toda mi alma que todo el trabajo que aquí realice se quede en papel mojado, 
material preposicionado sin necesidad de ser utilizado y conocimientos dejados a la población que no llegue a ser implementados....
que todo quede en el susto, 
que este precioso país y su siempre sonriente gente puedan volver a trabajar duro para mejorar Burundi y no para salvarlo de la miseria.

Y yo, mientras tanto, pienso en otro país al que me gustaría acompañar, y espero que antes o después pueda juntarme y compartir la experiencia sin la soledad de la noche.

Siempre me quedan además esos momentos que se me quedarán para siempre en la memoria, grabados como una gran sonrisa fotografiada en mi recuerdo. 
Ayer, junto al lago durante la puesta de sol, una madre hipopótamo y su pequeño hijo, nos espiaban bajo el agua, dejando entrever su orejitas y sus ojos saltones, mientras tomábamos una cerveza fresca y nos reíamos de cosas  sin importancia y de las cosas que si la tienen.

Sigo siendo feliz con mi vida inestable, 
desde ayer mucho más...





*

martes, 19 de mayo de 2015

Break in Brussels


El ritmo ininterrumpido de acontecimientos me ha estado acosando detrás de cada paso durante los últimos casi cuatro años hasta llegar al punto de  prácticamente haber olvidado cómo se descansa. 
Entre nuevas culturas a las que amoldarse, 
equipos de mil y una nacionalidades,
miles de kilómetros anotados en el pasaporte,
incontables e impagables conocimientos absorbidos tras el paso de páginas de libros o de días al amparo de mis equipos de trabajo,
viajes repletos de aventuras y sentimientos de sube y baja,
maletas que no llego a deshacer antes de volver a partir,
presupuestos, diseños, 
armonías, desastres,
días que se sobreponen sin noche de por medio,
agua, mierda, mosquitos, sonrisas, distribuciones,
manos que se abrazan
vistas imborrables y momentos inenarrables...
Los descansos no han sido más que la necesidad de sobrevivir y tirar pa'lante.

Y ahora he buscado y encuentro unos meses donde puedo evadirme 
sin dar explicaciones
sin el stress de saber que algo me pierdo mientras duermo.

Pero...
¿cómo uno puedo evadirse de lo visto y lo vivido,
y de lo poco que desde la lejanía va escuchando?
¿Cómo aislarse sin volverse un ermitaño huraño?

Pues volviendo a una vida sencilla, 
donde los problemas sólo se encuentran si se buscan con esmero.

Primero busqué un lugar donde alojarme y lo encontré, sin entender muy bien el motivo, en Bruselas. Me atraía lo que viví y pensaba que algo me había quedado por exprimir (ahora tras unos meses no estoy tan seguro de ello).
Pero algo debía hacer pues sin objetivo a la vista no encuentro sentido al tiempo: 
Le français m'occupe un pièce de mon temps. Tous le jours de la semaine j'assiste à l'Alliance Française pour apprendre la base d'une langue qui m'aidera l'avenir inconnu.

Y el resto de horas...
entre películas y series,
que me trago a la hora de la insustituible siesta que tanto en falta echaba.
Paseos en solitario por una ciudad que no tiene gran cosa para mirar
y así me da más para hundirme en mis pensamientos aburridos
del pasado
del presente
y de un futuro que poco a poco va soplando y ahuyentando la niebla que lo cubría...
ya empiezo a vislumbrar las sombras de lo que podría ser...y me gusta

No tengo muy claro cuantos libros llevo a la vez...
un par en francés
otros tres en inglés 
y el que me acabo de acabar (con más facilidad) que es en mi querida lengua materna.
Leo de cada cual según me apetezca...sin ningún tipo de presión por terminarlos o no...
Relajado...tocándome hasta hasta que hierve...

Disfruta de cocinar 
aunque sea sólo para uno
cortando con suavidad cebollas, sin miedo a llorar,
más que por el bien disfrutar de un buen plato hecho a mi gusto, 
degustado al calor de una calefacción y un sofá que hará las veces de "siestera".

Everynigh mi hearth has been strongly pumping my smile 
until the city where I wished to be,
sleeping far but close of the woman who keep my best moments.
She is giving me the best waking up of my life
and the emotion 
that I thought 
I had forgotten.

Y la vuelta a la concentración de una pared escarpada
de subidas imposibles 
de esfuerzos injustificados que me enorgullecen sin encontrar sentido.
Mano a mano y pie a pie mi fuerza vuelve a su lugar...
no debo volver a dejar tan lejos la escalada de nuevo.

Se me ve en la cara la buena vida
...y en la tripa...

Y ya vuelven las ganas.
Ya quiero ponerme de nuevo en marcha
hacia las dificultades
hacia nuevos retos
nuevas vidas que conocer y descubrir...

Pero antes me queda un sueño por cumplir
y en 10 días se hará realidad...



*  

domingo, 8 de marzo de 2015

Fin & Principio

Todo tiene un final... 
y yo comienzo desde la última linea:
"Hasta aquí he podido aportar, pudo ser peor y mejor, pero en South Sudan he dejado mi sudor, mi amor, mis noches y mis días, mi energía".

Me despido, sin lágrimas en mis ojos, de quien me ha entregado su tiempo y ha compartido su vida a mi lado...de quién difícilmente volveré a abrazar. La tristeza enmascarada bajo la careta de un personaje al que pertenezco y del cual aún no me enorgullezco. 
Mi perfil bajo trata de pasar desapercibido.
Mi persona puede ser substituída...y no quise irme con farolillos y serpentinas.

El orgullo de mi año me lo quedo muy adentro. Mi crecimiento. Mi egoísta sentimiento.

Al final puse mi grano de arena en una gran organización como es Oxfam, que ha conseguido sacar adelante muchos retos: 


  • Agua potable para incontables sonrisas y también para ciertos mensajeros de la muerte. 
  • Estructuras que marchan con la eficacia Sudsudanesa y con la fortaleza de espíritu de quienes no tienen nada excepto su vida.
  • Redes cuadriculadas que esconden la mierda bajo tierra.
  • Manos limpias en un entorno sucio de enfermedades que en mi tierra creemos olvidadas e inmunes a nuestra sociedad.
  • Coordinación para disminuir errores y con ello la morbilidad de una emergencia de la que todos tratan de sacar provecho...excepto los que realmente la sufren.
Yo me quedo con mis recuerdos y con una nueva compañía.

Me fui y ni siquiera quise escribir sobre ello.
Ahora llego... y llegan de vuelta esos momentos.
Mis palabras vuelven a fluir con el whisky.

Mi vida alcanza cotas imaginadas antes de la meta. 
Un nuevo principio se asoma entre la bruma y el frío belga, dejando atrás lo que no puede volver, con el corazón más herido, hermoso y recosido.

Estoy orgulloso de lo alcanzado, aunque es poco todavía en mi joven vida.

Aquellos primeros días de enero de 2014 en vela por entender y aprender no quedan tan lejos y espero tenerlos siempre presente.
Me lancé al vacío de la improvisación una vez más, aunque está vez sin risas y con el alma escondida. Ahora todo es diferente, ahora amo, ahora sueño, ahora lleno mi vaso sin medida y espero una nueva dosis de adrenalina mientras los días pasan entre vidas que me siguen recordando que soy una de esas personas con estrella.

Seguiré acercándome a las personas que nacieron estrelladas para egoístamente sentirme un afortunado.



*