viernes, 9 de diciembre de 2016

We are all crazy!!!

Millones de personas han huído y siguen huyendo de sus países,
ya sea South Sudan, Nigeria, Burundi, Siria...y tantos otros.
Se agrupan por miles creando grandes comunidades donde algunas organizaciones
(una de ellas Oxfam, con quien trabajo)
les prestan apoyo para tener cubiertas las mínimas necesidades de vida exigibles para cualquier ser humano.

Visito y trabajo en los países que abren sus fronteras y ofrecen un espacio de su terreno para albergarlos...
(sea por humanidad o por beneficio propio)
y así, con un dinero que proviene de la comunidad internacional
se crean las infraestructuras sostenibles en el tiempo
que darán base a la creación de estos nuevos grandes pueblos.


La economía se fortalece en estas comunidades de acogida que antes parecían olvidadas.

En Europa, damos por hecho que estos países están menos desarrollados...
sin embargo, ellos son mucho más coherentes que nosotros
(y la coherencia siempre he pensado que es síntoma de madurez).

Europa está en crisis económica
y suelta millones de euros que se aprovechan en los países de acogida.

Europa, en crisis social que desembocará en falta de recursos humanos para pagar los beneficios sociales de los cuales me beneficio, se desprende del dinero que no le sobra, para evitar la llegada de las personas que podrían ayudar a solventar este problema inminente.
(¿cuánto dinero ha ido hasta Turquía para "proteger" el miedo de los xenófobos?
y lo que no sabemos...)

Ya no se trata de recuperar la filosofía humanista  que recorrió Europa en sus principios,
se trata de la lógica económica que rige nuestros países.

Escondidos en nuestra cueva
por miedo a perder lo que estamos consumiendo...
...lo que estamos agotando.

No somos coherentes con nuestra razón
ni con nuestro corazón,
y eso está consumiendo nuestro viejo continente a pasos agigantados.

Aún mantengo la esperanza
de que nuevos lideres aparezcan
para cambiar el rumbo
para ir a favor del viento de la historia
en lugar de ahogarnos en nuestros propios lamentos.

Tras Niger, he visitado los campos de refugiados Sudsudaneses en Etiopia,
y ahora desde Tanzania, en la region de Kigoma,
veo los mismo:
una lógica dentro del caos.

Volveré en breves a mi querida Europa
para regocijarme y disfrutar
de sus últimos años de incoherencia ordenada.

Yo estoy loco,
lo mismo que tú...

todo este mundo está loco de atar...



*

lunes, 24 de octubre de 2016

El olvido de un pueblo estoico


Cuando las tormentas son más fuertes
cuando el cielo se vuelve tan oscuro y asusta
cuando el viento a ráfagas te tumba
cuando los truenos suenan a muerte...

...entonces me convierto en roca fría e inamovible ante la tempestad
resistiendo embestidas por mi propio peso que me enraíza a la tierra
escondido en medio de la multitud solo y sin vida aparente
pero templado en lo más adentro

...entonces me convierto en agua fluyendo río abajo
con cambios de velocidad y forma 
calmando los nervios
o agitando la superficie 
dependiendo del momento,
a veces callado y otras desenfrenado... despilfarrando alegría.




Niger me esta alzando hacia mis límites
pero debo poder mantener el rumbo.


No tarde mucho en enfadarme por la horrible realidad de esta gran crisis
olvidada
olvidada por todo
olvidada por todos.





Veo, hablo y siento lo que muchísimos sufren
bajo el sol abrasador que ilumina toda la cuenca del lago Chad
(puro desierto, si no queda claro, si a alguien se le pasa por alto...)

Esta es una de las grandes crisis humanitarias que asolan el planeta,
el mismo que nos acoge, el mismo que maltratamos.
Esta es una de las grandes crisis humanitarias del tiempo en que vivimos
pero esta es silenciosa, esta olvidada
por los millones de medios que nos rodean
por una humanidad cada vez menos humana.
Se cierran los ojos sin ser una solución.


El lago Chad se muere poco a poco bajo el calor del Sahara,
se evapora dejando salitre sobre la arena.
Tres países se ahogan poco a poco  en una lucha
por el territorio y las mentes.

Pueblos enteros de Niger, Chad y Nigeria huyen y se juntan ante el avance de la violencia,
bajo un calor abrasador se protegen con las pocas cosas que cargaron andando desde sus villas
y los pocos materiales disponibles a su alrededor,
mientras la arena se cristaliza bajo el retroceso de las aguas del lago.

Días que pasan buscando agua y huyendo de un sol inclemente...

Cientos de vidas con sus sueños, vivencias y esperanzas destrozadas por una sin-razón.

...olvidadas


Tras 10 semanas de intenso trabajo
y de estoico amarre a la realidad...
...estoy cansado sin desfallecer,
mentalmente agotado por lo intenso y difícil  de cada paso,
que hay que dar,
porque hay que seguir adelante y saber amoldarte a cada situación.

El calor vuelve a llamar a mi puerta
y le recibo con el aire acondicionada de mi habitación...
y no me siento mal por ello,
pero si afortunado.

















¿dónde esta el limite del sufrimiento?
muy lejos del mío...biensûre!!



*


domingo, 4 de septiembre de 2016

en route!!

Largas horas de coche
esa es una de mis constantes.


Carreteras interminables
caminos retorcidos
desiertos arañados
tundras serpenteadas...
paisajes que pasan de mis ojos a mi memoria
y de ahí a las hojas escritas por mi pluma.

Caminos de ida y vuelta que nunca son el mismo
acompañados de personas nunca indiferentes,
horas que pasan entre palabras con sin-sentido,
musicas inesperadas, silencios estridentes...

Esta es una de las maravillas que me procura este sueño que voy haciendo realidad cada día.
Durante los últimos cinco años
he abierto caminos sobre  las dunas y las explanadas del desierto del Sáhara
he cruzado fronteras invisibles de guerra en la jungla asiática
con camiones cargados y minas a cada lado,
he empujado coches estancados en el fango rojo del África central
rodeado de la nada y con la lluvia empapando mi cuerpo,
he sorteado profundos agujeros en carreteras principales que serpenteaban
para subir y bajar altas colinas llenas de plataneros, plantaciones de té...


Y en esta última semana he recorrido mas de 1.400 kms de una carretera en Niger,
fluyendo casi en paralelo al río del mismo nombre y a la frontera con Nigeria,
cientos de kilómetros del Sahel
territorio neutral entre el Sáhara y las junglas africanas,
durante dos largos días,
donde mis ojos se pegaban a la ventanilla
observando los contrastes que la época de lluvia ha producida en esta zona desértica:
un manto verde brillante que ha crecido junto a amarillas dunas de arena,
cielos azules y carreteras grises,
camiones que rascan el cielo con su mercancía
y carromatos tirados por un burro y conducidos por niños...

Mis pensamientos a veces se mezclan con el paisaje y sonrío,
otras veces vuelan hasta los recuerdos que volverán en el futuro
y otras se pierden en la nostalgia de no poder compartir mis vivencias con la gente a la que más quiero.



Las horas pasan volando sin darte cuenta
mientras hago estas indescriptibles rutas
rodeado de naturaleza viva y muerta
que en pocos cuadernos de viaje figuran.


Sigo soñando despierto
sigo arañando el cielo
vivo consciente
y eso es lo que me levanta a diario






*





domingo, 7 de agosto de 2016

Descubriendo el agua en Rwanda


Un día más tarde de lo esperado aterrizo en Kigali.
Un día pasado en Barcelona que comenzó con una sabrosa acogida en forma de cena por parte de Lorena y Jauma.
Un día que aproveché en la oficina de Oxfam para recopilar información sobre el destino que me espera a mitades de agosto, Niger... pero esa otra historia que ya llegará.


Como iba diciendo,
el avión aterrizaba en Kigali, capital de Ruanda.
Cuando escuchamos el nombre de este pequeño país
el país de las mil colinas,
encerrado en el centro-oeste de África,
a mucha gente le viene a la cabeza el genocidio ocurrido dentro de sus fronteras a mediados de los '90...
...pero ya ha pasado mucho tiempo desde entonces...y muchas cosas...
una relativa paz ocupa sus tierras y a sus gentes,
ya sean hutus o tutsis, aunque esa separación desapareció oficialmente tras la masacre,
y socialmente no la observo...aunque tampoco pregunto por ella.

La bonita y desarrollada ciudad de Kigali tan sólo me acoge una noche antes de coger carretera hacia el sur-oeste del país, a la región de Kirehe.
Tras apenas 3 horas de carretera, subiendo y bajando incontables colinas,
donde vuelvo a disfrutar del paisaje coloreado por la tierra roja y la verde naturaleza que ofrecen estos países del centro del continente africano,
llegamos a la villa de Nyakarambe,
donde Nega (mi compañero de trabajo en esta ocasión) y yo nos instalamos en una especie de pensión. No tardamos en volver a subirnos al todoterreno para recorrer los kilómetros que aun nos faltan hasta llegar al destino de nuestra misión, el campo de refugiados de Mahama.
Primero 15 minutos por carretera y luego 40 minutos más por los caminos de tierra que nos llevan hasta la frontera con Tanzania, a la vera del río Kagera...
...donde se asientan los cerca de 50,000 refugiados burundeses que llegan huyendo de la crisis política (y militar) de su país desde hace poco más de un año.


Esta vez me toca trabajar como un ingeniero hidráulico más que nunca.
Exclusivamente se me pone al cargo del estudio de terreno que me ayudará a diseñar un modelo estándar para red de abastecimientos de aguas en campos de refugiados, y en este caso, también debo aportar directrices para la mejora del funcionamiento del abastecimiento del campo de Mahama.


Durante los 7 días que pasamos en el area recorremos, pateamos y trochamos por cada rincon de esta gran villa en construcción, y así tomamos los datos con GPS;
mediante conversaciones con las personas beneficiarias de nuestro trabajo adquirimos otras informaciones tanto o más importantes;
y con la inestimable ayuda de Norbert y su estación total topográfica, completamos el estudio altimétrico tan importante cuando hablamos de la distribución de aguas.



Vuelvo a sentirme un ser extraño,
como un mono en un zoológico al que todo el mundo observa.
El único de piel clara.
Principalmente son los niños los que salen de todas las esquinas y me rodean.
Trato de mantenerme lo más abstraído posible de ellos (profesional?),
discutiendo con Nega las opciones y posibilidades
y colectando la información que necesitaré cuando ya frente al ordenador me siente a diseñar.
A veces se hace muy complicado hasta escucharme a mi mismo con docenas de pequeñajos gritándome "Musungu!!!" mientras me lanzan la mano...
en esos momentos intento, de una manera más o menos suave, hacerles entender que necesito tranquilidad para trabajar.
En varias ocasiones los adultos se ponen serios para alejarlos de mi...me siento aliviado, pero al mismo tiempo entristecido al verlos alejarse.
En otras ocasiones se me cae el corazón al suelo
cuando algún enano de no mas de dos años,
corriendo se abraza a mis piernas
como si yo fuese el perrito que siempre quiso tener...
recojo mi corazón de sus manos
cuando mis ojos empañados se encuentran con los suyos.

También visitamos la actual planta de tratamiento de aguas,
la cual utilizamos para potabilidad más de un millón de litros diarios del agua del río que separa Ruanda de Tanzania.

Pero a su vez, Oxfam está construyendo una planta  más permanente,
ya que se espera que este campo se mantenga por muchos años más.
Por eso se construyen también "casas" de adobe que sustituyan las tiendas de plástico donde actualmente duermen cada noche...
y letrinas con tanque séptico
y duchas mejoradas
todo comunal y todo mejorado para que aguante el paso del tiempo.

La comunidad de acogida no llega a los 5,000 habitantes
(un 10% de los refugiados a los que acogen)
y reciben
y recibirán
los beneficios de su humanidad.
Entre otras cosas, se ha construido una gran escuela donde 13,000 niños
ruandeses y burundeses
estudiarán juntos durante los próximos años...



Nos damos una mañana de descanso
y la aprovechamos para acercarnos  a la cascada de Rusumo...
Tras las pertinentes fotos,
me quedo simplemente apoyado en la barandilla
y dejo que mis pensamientos se sumerjan en las agua durante un tiempo
en el cual olvido quien soy
y donde estoy...

La fuerza del agua es imparable
y a su vez infinitamente flexible
("be water my friend!")

Aprendamos del agua.

Yo no la manejo
tan sólo trato de entenderla...
y me queda tanto por aprender...




Por último,
y como despedida ya de vuelta en Kigali,
Nega y yo nos damos un homenaje en el hotel "Mille Collines"
(para quien no conozca su historia,
ya está tardando en ver la película "Hotel Rwanda").
Y tras las ultimas reuniones,
pues otras 21 horas de vuelo,
de vuelta en Sevilla,
donde tengo que desarrollar los diseños
para los cuales he recogido tanta información y motivación.

No hay mucho tiempo,
pues en apenas 10 días me largo a una nueva respuesta de emergencia olvidada...
pero cada cosa a su tiempo...
y el mío sigo aprovechándolo magníficamente!



*

lunes, 18 de julio de 2016

La locomotora sin freno

No sé exactamente decir la fecha que dictó el comienzo.
No sé ni mucho menos poner sobre la mesa uno o varios sucesos
que pusieran en marcha la locomotora
la cual nos lleva a esta velocidad vertiginosa alcanzada en el mundo
en este último mes de Julio...
...y lo que está por venir, podría asegurar, será más aceleración...
el tren aún no ha descarrilado.

Llevamos poco más de dos semanas del mes de Julio de 2016
y las cifras de ataques considerados terroristas me dan miedo:
más de 50 entre bombas suicidas, tiroteos,
ataques con vehículos, bombas, ejecuciones,
ataques con cohetes y granadas,
coches bomba, ataques con machete...
con más de 800 muertos
y sobrepasando las 1000 personas heridas gravemente
(personas marcadas para siempre)
en 19 países que he podido encontrar en una corta búsqueda.

Pero eso no es todo...

La guerra a vuelto a Sudan del Sur
tras un brevísimo periodo de "paz"
que nadie llegó a creerse
con más de 300 muertos en los primeros días.
No puedo tampoco dejar de recordar a diario
a las poblaciones de otros países que siguen sufriendo guerras que nada bueno les trae
Yemen
Iraq
Republica Centroafricana
Siria
y otros conflictos olvidados tanto por mi como por la sociedad que me rodea.

En Turquía un intento de golpe de estado
del cual no quedan claras las intenciones
pero que dejan más sangre y piel
incrustada en el asfalto
y en la memoria de sus gentes.

Miles de personas huyendo
cruzando desiertos y mares
hacia lugares y futuros desconocidos.
El miedo a perder sus vidas calza y empuja sus pies.

El miedo
se lleva apoderando del corazón de las sociedades,
familias y personas
desde ese momento que no se delimitar en el pasado.
Sólo sé que es enorme...y que sigue creciendo.

El miedo ha movido miles de votos
que finalmente han sido indispensables
para sacar a Gran Bretaña de la Union Europea
( esa que con sus cosas buenas y malas,
a ayudado a mantener la paz entre territorios europeos durante todos estos años).

El miedo que ha impulsado
a cientos de miles de españoles a las urnas,
miedo a que unos sigan
y miedo a que otros lleguen.

El miedo sigue construyendo muros de hormigón
separando países
tanto en America como en el Mediterraneo.

El miedo que en los Estados Unidos hará votar
tanto a favor como en contra de un ególatra.

Se escuchan, escriben y dicen palabras de esperanza...
pero es el miedo el que les da sentido
bajo su forma coloreada.

El oscuro miedo que todos tenemos y tememos.

La soledad en la cual nacimos y morimos
la tememos mientras vivimos.
Nos arrejuntamos, nos vestimos,
sonreímos y nos enfadamos...
de nuevo por el miedo a quedarnos aislados.

Y aquí,
en mi burbuja de verdades no del todo ciertas,
o al menos incompletas,
intento descifrar cómo empezó todo
y cuando el tren acabará descarrilando.
La velocidad sigue aumentando.
Los muertos siguen creciendo.
El miedo va ganando.

Y siento que el universo se ríe
de nuestros infantiles comportamientos.

Yo, por mi lado,  trato en estos meses de mirar cara a cara a mis miedos internos.
Observo los ojos de las personas que han llegado a los límites inimaginables del miedo
y escucho historias que jamás reproduciré
(al no ser mías)
pero que se clavan en mi memoria
construyendo un poco más mi personalidad...

Solo me queda recordar lo que alguien un día escribió
y otro día yo ya reproduje:

"... nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano"




*

jueves, 23 de junio de 2016

De frente a escondidas



Valiente
con máscara
para esconder el miedo.

Volando
hacia abajo
para llegar a la cumbre.


Las luces de mi vida no se eternizan,
unas se apagan
dejando el recuerdo de su sabrosa quemadura,
otras se encienden
mostrando caminos jamás imaginados.

A cada paso
el miedo crece,
las sombras han podido cubrir
bellezas
muertas por la marcha continua hacia delante.



Cobarde
sin complejos
para mostrar el miedo.

Sumergido
en las alturas
hasta tocar fondo.


*


martes, 17 de mayo de 2016

Evaluando Aprendiendo Enseñando


Aunque South Sudan ya me había puesto diferentes retos a los que enfrentarme
durante el largo año que allí pasé durante 2014,
estos últimos  meses han aparecido nuevas pruebas
y las he tenido que superar.


Tras aportar mi grano de arena en la implementación  de los proyectos
durante los meses de Diciembre y Enero,
se me adjudicó la tarea de evaluar el trabajo de otros.

Exactamente al EP&R team de Oxfam en South Sudan
(equipo de respuesta rápida) y el desarrollo interno y externo del programa durante 2015.



Cinco respuestas de emergencia,
encontrar puentes fuertes y débiles del equipo,
recopilar las lecciones aprendidas
y proponer mejoras.

De los cinco lugares
pude visitar in situ tres de ellos.
Para el resto debí sumergirme en informes
y datos recopilados de diferentes fuentes.

En Juba, durante el verano de 2015,
se respondió a una nueva epidemia de cólera:
tratamiento de las aguas del río Nilo
para eliminares vía de contagio
y mucha promoción de higiene y salud.
Un trabajo muy bien realizado
pero mal coordinado desde las instituciones y los clusters...
desgraciadamente este daño volveremos a caer en la misma piedra.

Luego volé a una zona aun desconocida para mi,
el sur del estado de Unity.
Poblaciones que viven en un pantanal
creado a orillas del Nilo Blanco,
sufrieron hace unos meses un ataque indiscriminado...
asesinatos
abandonos
violaciones
y huídas
contadas en primera persona.

La gente que pudo se refugió en los islotes de esta enorme marisma fluvial del "Great Nyal".
Sólo Oxfam pudo llegar hasta allí
con paciencia y un compromiso fuera de toda duda
pasaron horas y horas a diario en pequeñas canoas
para construir pozos y letrinas
y para distribuir utensilios de higiene en general
y para las mujeres en particular.

Yo mismo atravesé esa zona pantanosa
a ratos metido en el vacío dejado en el interior de un tronco de palmera que hace las veces de canoa
y otras veces arremangando pantalones y sumergiendo pies en el barro y piernas en el agua.
Un largo palo de más de tres metros es el motor y el timon de nuestra embarcación,
y enclavado en su interior
mis ojos quedan a baja altura
observando y acariciando las miles de lilas de agua
que apuntan del barrizal al cielo.
Escucho flamenco en mis oídos...
claro!!
esto me recuerda a lo que debió ser Doñana y San Fernando
antiguamente...tras las lluvias...
Multitud de pájaros
de flores
y cañas que se elevan.
El silencio solo roto por la canoa cortando las tranquilas aguas.

Me vuelvo a encontrar en una fotografía imborrable de mi vida.
Un recuerdo de felicidad que siempre me acompañará.

Pero también guardaré en lo más oscuro de mi memoria
imágenes de Ganyel
de la muerte de sus niños ante mis ojos
y de la impotencia de mi alma.

Los momentos de alegría en mi corazón
siempre los engrandezco
para minimizar y esconder el repudio que siento
hacia la sociedad creada por el ser humano.

Horas caminando bajo el fuerte sol africano
sobre tierra seca
sobre barro esponjoso
con las rodillas cubiertas por fango y agua,
llegando a las comunidades aisladas,
tratando de comprender sus palabras, sentimientos y necesidades
pero quedándome sólo en un superficial análisis
que me permita seguir adelante.

Finalmente escribo un informe analítico
sobre todas estas respuestas humanitarias ya realizadas
que el calendario y la historia se han tragado.

Me siento frustrado
por no poder crear y aportar algo para el futuro de lo que he conocido,
mi aporte será para la mejora de otras respuestas que están por llegar
y que tampoco conoceré.



El último mes en South Sudan
me ha llevado de nuevo a todas las bases que tiene Oxfam a lo largo y ancho de todo el país.
Llevar a cabo unas sesiones de enseñanza/aprendizaje y entrenamiento para todos los trabajadores nacionales de Oxfam.

Construyendo y mejorando sus capacidades de trabajo
aumentando su conocimiento en respuestas de emergencia,
en saneamiento para comunidades en desarrollo,
movilización de grupos de trabajo,
mecánica y mantenimiento de bombas de mano
y en planes de mantenimiento de redes de agua.




De nuevo por aire y tierra
cambio tan frecuentemente de lugar
que no sé donde me despierto
si es tienda de campaña, tukul,
habitación o el interior de un vehículo.

Salgo de Juba hacia Nyal (parando en Rumbek) y vuelvo a la capital antes de meterme de nuevo en un helicóptero en vuelo hacia Lankien (donde ya llueven chuzos de punta), desde donde viajaré en coche por los caminos inexistentes de la tundra africana hasta Walgak antes de de volar hasta Bor, capital de Jonglei...y de vuelta a Juba en un minúsculo aeroplano donde ahora repaso las jornadas vividas alrededor de Sudan del Sur.

Vuelvo a despedirme de este país
en el medio de Africa
cortado de Sur a Norte por el Nilo Blanco.
Parece haber comenzado de nuevo la paz...
y yo deseando que dure más  allá de mis pesimistas proyecciones...
La primera vez que vine una guerra estaba comenzando.
Ahora que me voy por segunda vez
es la paz la que se intenta abrir paso entre los escombros.

Miles y miles de muertos
millones de desplazados
heridas abiertas en la población
que tardarán generaciones en sanar...
y volvemos al punto de partida...
el país como hace tres años...
de que ha servido?
de que coño sirve?
quien cojones se beneficia de todo esto?
por que mierdas la guerra sigue siendo un gran y beneficioso negocio para muchos?

..bueno...
...la verdad es que yo mismo soy uno de los beneficiados de esta guerra que parece terminar...

He ganado un amor
y experiencias de vida...

aunque también he perdido
sensibilidad...
y fe
en el ser humano...













*

sábado, 14 de mayo de 2016

Visitando el pasado... mirando el futuro...


Comienzo a escribir  en un minibus que me traslada por Jerusalem
esta ciudad de mezclas y odio.
Todo separado de forma física
no hace más que aumentar las desconfianza entre los pueblos que la habitan.

Ciudad de una antigüedad "incunable"

con nuevos hormigones
mezclados con piedras
que se colocaron una sobre otra
hace milenios.
Una de las ciudades eternas
el centro de las religiones monoteístas
tan antigua
que los años parecen segundos
en nuestra corta vida.

Culturas enfrentadas
durante siglos
conviven en un territorio repleto de murallas y muros,
con olores
mezclando sabores
del pasado
presente
y futuro.

Una religión  se encuentra rodeada de otra (muy cercana en creencias) más multitudinaria...
pero su pequeña burbuja es la privilegiada.
El mundo real del Mediterráneo oriental vive con Mahoma como principal profeta
y con temor a radicalismos salientes de todas las religiones que pueblan el planeta.

Vengo aquí en busca del cariño y amor que tanto echo en falta
durante mis noches de soledad
las que acompañan mi trabajo
en los lugares abandonados por la humanidad
y su desarrollo.
Y encuentro el calor de los abrazos
y la alegría
en la mirada marina de Dorien.

Durante la semana ella trabaja
y yo vagueo
y descanso
hasta que mis pies se deciden a visitar la ciudad.

Cámara, libro, libreta y bolígrafo en mano.
Con los ojos bien abiertos observo las blancas y rotas rocas
llenando espacios con muros, casas, arcos y lugares de peregrinaje de la ciudad vieja.

Con mi olfato descifro olores
mezcla de cocinas y tiendas...
y mirra, y comino, y menta...

Con mi oído bailo al ritmo de melodías
y no se distinguir si son hebreas o árabes.

Me detengo
cuando desde las decenas de alminaras
se escuchan los cantos que llaman a la plegaria,
reverencias en dirección a La Meca.
Y escucho con alegría de todas las distintas lenguas
que rezan a un mismo dios
de diferentes maneras.

Mi entrada en la ciudad antigua de Jerusalén la realizo por la puerta de Damasco,
donde los fulares palestinos
y los velos cubriendo los cabellos de las mujeres
entran y salen a mares
ante la atenta mirada de decenas de militares armados hasta los dientes.
La muralla impone...
una fortaleza y muchos secretos,
verdades y leyendas se esconden en su interior.

Intramuros
ya es otro mundo
y mi sonrisa se despliega a lo largo de mi cara
por la suerte de vivir esta vida
que me permite descubrir tanto lugares especiales.


Las mezquitas elevan
sus lunas hacia el cielo
mezclándose
con el azul y blanco
de las banderas
que reprimen su día a día.
Una buena metáfora de este conflicto
sin solución a  la vista.



La calle es un gran mercado que me recuerda al Albaycín granadino.
Puestos callejeros llenos de colores
y olores,
gritos
que anuncian ventas,
silencios
que avisan de controles militares rutinarios.

Las calles que continúan y se entrecruzan
sólo permiten el paseo a pie
y decenas de arcos y bóvedas
las cubren y esconden
con juegos de sombras y luces
sacados de las mil y una noches.


...en un bar cualquiera me refugio para decidir los siguientes pasos a dar...


Puedo pasear
y paseo por la Vía Dolorosa:
desde la entrega de la cruz,
pasos por las tres caídas
y los recuerdos reales
o no que quedan
del camino hacia el calvario
de un personaje,
el cual, de una forma u otra,
cambió el rumbo de la historia,
y cuya vida y enseñanzas
forman parte de mi educación.



Llego hasta la iglesia del Santo Sepulcro,
edificada sobre el Gólgota,
quizás el lugar más sagrado para toda la cristiandad,
donde Jesús de Nazaret fue coronado con espinas
y clavado en una cruz hasta su muerte.
También donde se le enterró para luego resucitar
según citan los libros que cuentan su vida.


Me paso horas dentro de esta iglesia
que engloba capillas de diferentes estilos,
donde los cruzados clavaron sus rodillas defendiendo sus creencias y sus piedras.
Magnífico escuchar cantos franciscanos,
monjes ortodoxos
y tantas otras ramas el cristianismo que se escapan a mi conocimiento.
Respeto
Escucho
Observo
Cayo.

Entre escondidos gestos de cariño hacia quien me acaricia con su mirada,
nos seguimos perdiendo entre las estrechas calles que suben, bajan y se retuercen.
Del barrio cristiano volvemos al árabe,
y unos pasos más tarde nos adentramos en el armenio
antes de sumergirnos de pleno en el barrio judío.

No podía faltar una parada frente al "Western Wall"
o muro de las lamentaciones (aunque no les gusta llamarlo así),
donde nos paramos en la distancia
para vigilar las plegarias venidas de tantos países
para rezar a un mismo dios.
La única parte del histórico Templo de Salomón que aún sigue en pie
nos vigila
y protege la parte más sagrada de esta antigua ciudad.

La realidad del siglo en el que vivimos vuelve
cuando decenas de hombres más que armados
pasan corriendo a nuestro lado por el aviso de algún tipo de incidente de seguridad....
por si acaso, salimos calmamente de la zona.


Otro día me dejo caer por Belén
que ahora es casi más conocido
por el gran muro que la separa de Jerusalén
que por el nacimiento de Jesús de Nazaret

Un muro lleno de graffitis
locales
y extranjeros,
artistas
que muestran la tristeza
y la rabia
por un muro
que jamás debió ser levantado
y al que mi sociedad
hace oídos sordos
y ojos ciegos.


"We all bleed the same blood"
but not all the blood have the same cost.

Bajo también al punto más bajo del planeta
a la orilla del mar muerto,
donde floto sobre un agua tan salada que se ha vuelto venenosa.

Medio cuerpo y la cabeza entera flotando...
me siento canoa cuando braceo mirando al cielo
con las montañas de Jordania en el horizonte.

Me acerco (junto a Marck y Andy) a la orilla donde nos embadurnamos
con el barro de este mar que va desapareciendo
mientras brindamos con unas cervezas
y hacemos estúpidas gracias que nos hacen disfrutar aún más del momento.

De vuelta a Jerusalén siempre está Dorien
que me besa y sonríe
alegrándome más el día
y nos acompaña en las cervezas que alumbran la noche.


No podía faltar una visita al maravilloso Museo de Israel.
No me esperaba encontrar tal cantidad de maravillas antiguas y modernas...
desde la cúpula que cubre los manuscritos del Mar Muerto
de más de 2000 años de antigüedad
paseo alrededor de un gran jardín de esculturas,
miniaturas y pedestales romanos y griegos en cada esquina.
En el interior
todas las edades de esta región marcadas y guardadas como lo que es,
un tesoro de incalculable valor:
prehistoria, piedra, bronce,
egipcia, griega, romana,
judía, árabe, cristiana,
cruzadas, batallas, paz,
vestidos, monedas, curiosidades,
cuadros, esculturas, libros...
...incontables e insaciables.



Para el último fin de semana nos dirigimos al norte del país,

un nuevo road trip que nos recuerda a Turquía.

Primero la ciudad de Haifa,
enclavada entre la montaña y el mar,
donde,
como si fuera cualquier ciudad costera del sur de Europa,
nos sentamos en una terraza a disfrutar de buen vino,
pescado fresco
y nuestro amigo fiel Rummikub.

Todo bajo los imponentes Bahai's Gardens
que ocupan toda una colina
conquistada por el ser humano...
naturaleza artificial.



Pero queremos continuar por carretera hasta la frontera con Líbano.
Hasta Akko.
Un pueblo pesquero que nos acoge en plena efervescencia de su mercado...
cuando el sol se esconde por el Mediterráneo
el cual nos trae su brisa salina y marina.

Una noche  de paseos fotográficos
acompañada de una divertida cena
(aunque se pretendía romántica)
y sueños en el interior de las murallas.
El día nos lleva bajo tierra
desde las grutas templarías
a las calles y palacios
que se esconden bajo el actual pueblo.

La vuelta se hace cansada y a su vez maravillosa.

Un viaje más en mi vida
que me ha llevado al pasado
para descubrir cómo será el futuro que me espera...
...y me gusta...
me encanta!



*

miércoles, 3 de febrero de 2016

Black holes in the middle of nowhere

Sin un segundo que perder tras mi vuelta a South Sudan,
un año después de mi partida,
me embarco rumbo al centro de Jongley State,
el más grande y fraccionado estado de este país
(el más subdesarrollado de cuantos dividen este mundo).

Sobrevolando de nuevo esta explanada salvaje
donde la presencia humana solo se intuye
por pequeños tejados de paja difuminados
y por alargadas hogueras  que queman los secos matorrales
crecidos durante la época de lluvia meses atrás.







El helicóptero aterriza
en un claro
sin árboles
junto al campamento de Oxfam
instalado en Walgak.


El trabajo de campo vuelve a empezar...


En dos mochilas llevo lo justo y necesario para un mes:
unas camisetas, un pantalón extra, mudas, linterna,
papel higiénico, un libro, ordenador, papeles de trabajo,
neceser y toalla.


Hace calor
y el sol brilla con fuerza
sobre la tierra
y mi piel.

Grandes tiendas de campaña
donde dormir,
casetas de madera
y planchas de metal
donde trabajar
y otras más pequeñas
para las duchas.


Algunos conocidos entre el staff de esta base.
Musa y John ya trabajaron conmigo,
hace dos años en la primera respuesta en Mingkaman,
me reciben con abrazo y sonrisas de bienvenida.
Al resto del equipo los voy conociendo
a medida que pasan los días,
las comidas y las cenas,
sobretodo en las que nos juntamos alrededor de las brasas
que sirvieron para cocinar la cabra que engullimos...
...en mitad de la cerrada noche que cubre el cielo de estrellas.

Me acuesto a horas tempranas
pero con el cuerpo y la mente cansados,
veo capítulos de series
e incluso alguna película
que mezclan en mi cara la sonrisa con los ojos humedecidos...
todo para volar fuera del contexto
del trabajo que se apelotona en la memoria a corto plazo
junto a las visiones duras y bellas de cada día.

Desde que mi memoria alcanza,
ha sido el primer año nuevo en el cual he caído dormido antes de medianoche...
pero a las 12 me desperté
con los disparos de celebración
que acompañaron a los 12 cacahuetes que dejé caer en mi boca
suplantando a las uvas
pues no están disponibles a menos de 1,000 km a la redonda.


Los días pasan uno tras otro hasta que pierdo de vista el momento de la semana en el que me hallo,
escribo informes y me informo de lo que se hizo y aún queda por hacer.
Escavamos pozos de 80 metros de profundidad,
hasta bien entrada la noche,
para encontrar la fuente de agua que suministrará a los poblados y tukuls cercanos.




Los nuer que habitan alrededor se pasan el tiempo rodeándonos,

algunos ayudando
(a los que luego se les pagará
ya que aquí nadie mueve un dedo
si no recibe dinero a cambio),

otros solo observando

y los niños correteando en derredor.


(casi olvido que la muerte se apoya en cada esquina)


Instalamos bombas de mano (las Blue Hand Pump) para extraer el agua
con una nueva tecnología que aún está a prueba en las duras condiciones de South Sudan.
Realizamos seguimiento de sus prestaciones
y reparamos otras diferentes bombas manuales
repartidas y desperdigadas por esta vasta región.


Preparo planes de trabajo y de seguimiento de los programas,
hago como que manejo el equipo,
sin saber realmente si lo consigo,
cuando el líder se toma sus merecidas vacaciones.

Paso horas dentro del "hard top" (todoterreno que utilizamos)
recorriendo pequeñas veredas
que nos guían a las comunidades donde trabajamos
cargando con el material
esquivando vacas, cabras y niños por igual.

Una semana me acoge también la base de Lankien,
donde conozco y trabajo con otro equipo
tratando de aportar mi granito de arena
en los mismos conceptos...
...ya algo más...
pues alrededor de 2,500 desplazados llegan sin esperarlo a esta población
y tal cual llegan les instalamos un par de letrinas
y les suministramos agua desde nuestro propio campamento
hasta que las autoridades les ofrezcan un terreno donde instalarse.

De vuelta a Walgak
los trabajos siguen avanzando
y mis problemas de estómago se acrecentan...
pero todo queda en nada
en el momento en el que dejo caer el agua por mi espalda,
desde el cubo hasta mis pies empezando por mi cabeza,
y así elimino los restos de jabón...
bajo el eterno y expendido manto de luciérnagas de las noches de Jonglei.

Un mes de mucho trabajo
y aprendizaje.

Y ahora
un nuevo objetivo para el mes de febrero:
una evaluación del trabajo realizado por el equipo de respuesta de Oxfam
en Unity state y en Juba (otro brote de cólera al que se tuvo que atender).



Una nueva cosa a aprender...
un nuevo reto a superar...


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