Son las 4 y media de la
madrugada
Y todavía queda
un par de mosquitos en la tienda.
Habré dormido no
más de una hora en total y habré matado unos 3 chupa-sangres ya
Desde las 11 de
la noche llevo intentando conciliar el sueño profundo en esta tienda de 4
metros cuadrados...
pero hoy parece imposible.
Hoy se han colado unos cabrones
que se han propuesto no dejarme dormir.
Lo único que me hace sonreir es la
certeza de que al amanecer , casi con seguridad, los causantes de mi desvele
habrán desaparecido para siempre.
Ayer fue un día
bueno de trabajo, finalicé a eso de las 9 de la noche con buena concentración
para las tareas que estuve realizando. Estaba cansado (lo sigo estando).
Ceno,
hablo y me divierto a mi manera antes de poner música en mis oídos que me
llevarán a una dulce noche….
PERO NOOOO! Los mosquitos empiezan su jornada.
Se han
colado y no los veo, no hay luz, no hay insecticida.
Tras un par de horas mato
el primero y consigo volver a caer sobre el colchon (por llamrlo de alguna
manera).
PERO NOOOO! 30 minutos después me despiertan sus picaduras.
Me rasco.
No
sana.
Me pongo pasta de diente sobre las picaduras.
Sana.
Vuelvo a tumbarme.
Cuando se acerca el sueño, escucho su zumbido y me desvelo de nuevo.
Vuelvo
al ataque.
Mato otro.
Ya no sé ni que hora es pero me vuelvo a recostar sobre
la almohada. Se me cierran los ojos...
AH! Otra picadura de las que duele.
Me
vuelvo a despertar…cada vez más cabreado.
Analizo cada rincón de la pequeña tienda con la luz del mobil y palmeo a otro
sin tener certeza de su muerte.
Ya no puedo dormir...
Me lío un cigarrillo y me
pongo a escribir.
Sigo escuchando, cada cierto tiempo, como pasan zumbando al
lado de mi oreja.
Con palmadas inútiles al aire trato de espantarlos.
Ya se
acerca la mañana.
Ya se acerca su final.
Ya se acerca un día más en el que el
cansancio no me dejará dar lo mejor de mi mismo.
Malditos
bastardos!
*
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