viernes, 9 de diciembre de 2016

We are all crazy!!!

Millones de personas han huído y siguen huyendo de sus países,
ya sea South Sudan, Nigeria, Burundi, Siria...y tantos otros.
Se agrupan por miles creando grandes comunidades donde algunas organizaciones
(una de ellas Oxfam, con quien trabajo)
les prestan apoyo para tener cubiertas las mínimas necesidades de vida exigibles para cualquier ser humano.

Visito y trabajo en los países que abren sus fronteras y ofrecen un espacio de su terreno para albergarlos...
(sea por humanidad o por beneficio propio)
y así, con un dinero que proviene de la comunidad internacional
se crean las infraestructuras sostenibles en el tiempo
que darán base a la creación de estos nuevos grandes pueblos.


La economía se fortalece en estas comunidades de acogida que antes parecían olvidadas.

En Europa, damos por hecho que estos países están menos desarrollados...
sin embargo, ellos son mucho más coherentes que nosotros
(y la coherencia siempre he pensado que es síntoma de madurez).

Europa está en crisis económica
y suelta millones de euros que se aprovechan en los países de acogida.

Europa, en crisis social que desembocará en falta de recursos humanos para pagar los beneficios sociales de los cuales me beneficio, se desprende del dinero que no le sobra, para evitar la llegada de las personas que podrían ayudar a solventar este problema inminente.
(¿cuánto dinero ha ido hasta Turquía para "proteger" el miedo de los xenófobos?
y lo que no sabemos...)

Ya no se trata de recuperar la filosofía humanista  que recorrió Europa en sus principios,
se trata de la lógica económica que rige nuestros países.

Escondidos en nuestra cueva
por miedo a perder lo que estamos consumiendo...
...lo que estamos agotando.

No somos coherentes con nuestra razón
ni con nuestro corazón,
y eso está consumiendo nuestro viejo continente a pasos agigantados.

Aún mantengo la esperanza
de que nuevos lideres aparezcan
para cambiar el rumbo
para ir a favor del viento de la historia
en lugar de ahogarnos en nuestros propios lamentos.

Tras Niger, he visitado los campos de refugiados Sudsudaneses en Etiopia,
y ahora desde Tanzania, en la region de Kigoma,
veo los mismo:
una lógica dentro del caos.

Volveré en breves a mi querida Europa
para regocijarme y disfrutar
de sus últimos años de incoherencia ordenada.

Yo estoy loco,
lo mismo que tú...

todo este mundo está loco de atar...



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