martes, 18 de diciembre de 2012

finales y principios

´Dos tardes más de clases.
Aún muchas jornadas de asentamiento, lecturas y diseños para un plan de contingencia en caso de emergencia de cólera.
Hasta finales de enero.
Lo que algunos llamaran principios de año, y yo, final de un magnífico momento de mi vida.

Me encantan los finales porque llevan amarrados a ellos un principio, una nueva aventura.
Las despedidas son alegres cuando te despides con tristeza.
Alegres por haber encontrado gente con quien compartir risas, conocimientos, momentos duros y vuelos.
La tristeza, como consecuencia lógica de haber disfrutado previamente de un lugar, una persona (o personas) y/o una situación a lo largo de un periodo más o menos largo de tiempo, es inevitable.

Fines de año que marcan calendarios, no regulan los acontecimientos de mi vida.

Fines del mundo pronosticados y más de mil veces equivocados, no varían el ritmo de mis pasos.

Vuelvo a vislumbrar un nuevo comienzo.
No sé cuando ni sé dónde.
Y extrañaré lo que ahora estoy viviendo.
Por eso absorvo cada gota de agua que fluye ahora de este grifo.

Mañana encontraré un nuevo manantial de agua pura y clara, el cual calmará mi constante sed de nuevos sabores.
De comienzos y finales.
A la espera de algo o alguien que me atrape sin miedo a soltarme.



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