sábado, 6 de julio de 2013

La Pagoda Shwedagon

Una imagen vale más que mil palabras...bien es sabido por todos, pero no he sido capaz de, con unas cuantas instantáneas, captar el increíble despliegue de sensaciones que provoca la Gran Pagoda Shwedagon y sus alrededores.
 Intentaré describirlo malamente adornándolo con alguna que otra foto.

Hasta lo alto de la colina Singuttara, en el centro de Yangón, se tiene que subir escalón tras escalón para llegar a la explanada donde se encuentran los templos. Se puede acceder por alguna de las 4 entradas, orientadas a los cuatro puntos cardinales.

Yo me planté en la entrada Norte.

Flanqueada por dos enormes leones que te obligan a agachar la cabeza, mirarte los pies y respirar profundamente, interiorizando la majestuosidad del lugar hacia el que quieres entrar.
Antes del primer escalón te quitas los zapatos, por supuesto, y tras cruzar la puerta tienes un lugar donde los dejaras descansar para que sean las plantas de tus pies las que toquen directamente el suelo de marmol de todo el recinto.

No se cuantas escaleras llegué a subir después de cruzar el umbral del monte. Tampoco me molesté en contarlos maravillado por las tiendas dedicadas a la cultura budista que se encontraban a ambos lados.

Al fin llegué arriba.

Me quedé en silencio.
La vida poblaba el complejo...la gente paseaba, la gente conversaba, comía y bebía con un respeto hacia el lugar que no lo encuentras en un simple parque.
Mucho menos me recordaba, ni de lejos, a los templos cristianos, donde te ahogas como si estuvieras enterrado en lo más profundo de la oscuridad. 
Aquí respiras como si estuvieras en plena naturaleza...pero habiendo siendo construido por el ser humano. 
Se dice que tiene más de 2500 años este lugar, donde ya se meditaba antes de la muerte de Budha. Las distintos templos fueron construyéndose entre el siglo V y el X de nuestra era.

En el centro y coronando la pagoda del "Dragón de Oro" se encuentra la Shwedagon Paya (o estupa) con más de 100 metros de altura.
Alrededor de ella se reza.
Se medita.
Siempre andando en el sentido contrario a las agujas del reloj...
...aunque el reloj parece parado en este lugar.
Yo también giro alrededor, cautivado quizás aun mas por los templos abiertos a la vista y con gente dentro disfrutando de la compañía o realizando plegarias.

Mujeres y hombres
niños y niñas
monjes budistas de todas las edades
sentados en el mismo suelo

¿extranjeros? 
pues sólo me crucé con uno
este país está aún empezando a abrirse al mundo,
una ventana entreabierta de la que la gente no se fia en exceso.



La sonrisa y relajación de un Budha tumbado que parece estar escuchando cada palabra que recitas hacia tus adentros.

Como este...incontables
todos iguales y todos muy diferentes,
techos dorados en su mayoría
pero también blancos
o de madera oscurecida,
todos muy cerca del suelo
pero apuntando hasta rasgar el cielo.




Yo también he reposado en uno de ellos
como uno más...olvidándome del exterior, pero sintiendo con todos mis sentidos el aroma respirado por todos mis poros, cerrando mis ojos para escuchar aquello que repite una y otra vez el corazón,
lo que siempre obviamos 
y donde encontramos respuestas a tantas preguntas.

Vuelvo a abrir mi ojos

Los birmanos siguen ahí
su sonrisa al mirarte a los ojos también.
Un par de veces me paran para hablar conmigo sin motivo aparente, sólo quieren saber de donde eres, si te gusta el lugar, si te gusta su país...que decir, que en estos 10 días me está encantando.

Hay mucho de lo que quiero hablar y mucho por contar.
No sólo de Myanmar
también de mi trabajo...pero todo llegará...

Volví sobre mis pasos
esta vez bajando escaleras
pero con los pies más acostumbrados
después de las horas descalzo.

Vuelvo a la ciudad...
pero antes doy una vuelta más
esta vez en la parte baja de la colina,
Vuelve a sonreírme la gente en la calle
soy extranjero y eso es extraño,
esta vez se pone a mi lado un monje budista
acompañando mi caminar
me obsequia con una sencilla conversación
hasta que nuestros caminos se separan....

Ya es hora.
Ya he vuelto a casa.
Ahora si voy a descansar...pues llevo desde que llegué sin parar.

Soy muy "shico" (pequeño para los "no andaluces")
y este mundo es muyyyy grande
Hace falta que os diga más?



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