martes, 17 de mayo de 2016

Evaluando Aprendiendo Enseñando


Aunque South Sudan ya me había puesto diferentes retos a los que enfrentarme
durante el largo año que allí pasé durante 2014,
estos últimos  meses han aparecido nuevas pruebas
y las he tenido que superar.


Tras aportar mi grano de arena en la implementación  de los proyectos
durante los meses de Diciembre y Enero,
se me adjudicó la tarea de evaluar el trabajo de otros.

Exactamente al EP&R team de Oxfam en South Sudan
(equipo de respuesta rápida) y el desarrollo interno y externo del programa durante 2015.



Cinco respuestas de emergencia,
encontrar puentes fuertes y débiles del equipo,
recopilar las lecciones aprendidas
y proponer mejoras.

De los cinco lugares
pude visitar in situ tres de ellos.
Para el resto debí sumergirme en informes
y datos recopilados de diferentes fuentes.

En Juba, durante el verano de 2015,
se respondió a una nueva epidemia de cólera:
tratamiento de las aguas del río Nilo
para eliminares vía de contagio
y mucha promoción de higiene y salud.
Un trabajo muy bien realizado
pero mal coordinado desde las instituciones y los clusters...
desgraciadamente este daño volveremos a caer en la misma piedra.

Luego volé a una zona aun desconocida para mi,
el sur del estado de Unity.
Poblaciones que viven en un pantanal
creado a orillas del Nilo Blanco,
sufrieron hace unos meses un ataque indiscriminado...
asesinatos
abandonos
violaciones
y huídas
contadas en primera persona.

La gente que pudo se refugió en los islotes de esta enorme marisma fluvial del "Great Nyal".
Sólo Oxfam pudo llegar hasta allí
con paciencia y un compromiso fuera de toda duda
pasaron horas y horas a diario en pequeñas canoas
para construir pozos y letrinas
y para distribuir utensilios de higiene en general
y para las mujeres en particular.

Yo mismo atravesé esa zona pantanosa
a ratos metido en el vacío dejado en el interior de un tronco de palmera que hace las veces de canoa
y otras veces arremangando pantalones y sumergiendo pies en el barro y piernas en el agua.
Un largo palo de más de tres metros es el motor y el timon de nuestra embarcación,
y enclavado en su interior
mis ojos quedan a baja altura
observando y acariciando las miles de lilas de agua
que apuntan del barrizal al cielo.
Escucho flamenco en mis oídos...
claro!!
esto me recuerda a lo que debió ser Doñana y San Fernando
antiguamente...tras las lluvias...
Multitud de pájaros
de flores
y cañas que se elevan.
El silencio solo roto por la canoa cortando las tranquilas aguas.

Me vuelvo a encontrar en una fotografía imborrable de mi vida.
Un recuerdo de felicidad que siempre me acompañará.

Pero también guardaré en lo más oscuro de mi memoria
imágenes de Ganyel
de la muerte de sus niños ante mis ojos
y de la impotencia de mi alma.

Los momentos de alegría en mi corazón
siempre los engrandezco
para minimizar y esconder el repudio que siento
hacia la sociedad creada por el ser humano.

Horas caminando bajo el fuerte sol africano
sobre tierra seca
sobre barro esponjoso
con las rodillas cubiertas por fango y agua,
llegando a las comunidades aisladas,
tratando de comprender sus palabras, sentimientos y necesidades
pero quedándome sólo en un superficial análisis
que me permita seguir adelante.

Finalmente escribo un informe analítico
sobre todas estas respuestas humanitarias ya realizadas
que el calendario y la historia se han tragado.

Me siento frustrado
por no poder crear y aportar algo para el futuro de lo que he conocido,
mi aporte será para la mejora de otras respuestas que están por llegar
y que tampoco conoceré.



El último mes en South Sudan
me ha llevado de nuevo a todas las bases que tiene Oxfam a lo largo y ancho de todo el país.
Llevar a cabo unas sesiones de enseñanza/aprendizaje y entrenamiento para todos los trabajadores nacionales de Oxfam.

Construyendo y mejorando sus capacidades de trabajo
aumentando su conocimiento en respuestas de emergencia,
en saneamiento para comunidades en desarrollo,
movilización de grupos de trabajo,
mecánica y mantenimiento de bombas de mano
y en planes de mantenimiento de redes de agua.




De nuevo por aire y tierra
cambio tan frecuentemente de lugar
que no sé donde me despierto
si es tienda de campaña, tukul,
habitación o el interior de un vehículo.

Salgo de Juba hacia Nyal (parando en Rumbek) y vuelvo a la capital antes de meterme de nuevo en un helicóptero en vuelo hacia Lankien (donde ya llueven chuzos de punta), desde donde viajaré en coche por los caminos inexistentes de la tundra africana hasta Walgak antes de de volar hasta Bor, capital de Jonglei...y de vuelta a Juba en un minúsculo aeroplano donde ahora repaso las jornadas vividas alrededor de Sudan del Sur.

Vuelvo a despedirme de este país
en el medio de Africa
cortado de Sur a Norte por el Nilo Blanco.
Parece haber comenzado de nuevo la paz...
y yo deseando que dure más  allá de mis pesimistas proyecciones...
La primera vez que vine una guerra estaba comenzando.
Ahora que me voy por segunda vez
es la paz la que se intenta abrir paso entre los escombros.

Miles y miles de muertos
millones de desplazados
heridas abiertas en la población
que tardarán generaciones en sanar...
y volvemos al punto de partida...
el país como hace tres años...
de que ha servido?
de que coño sirve?
quien cojones se beneficia de todo esto?
por que mierdas la guerra sigue siendo un gran y beneficioso negocio para muchos?

..bueno...
...la verdad es que yo mismo soy uno de los beneficiados de esta guerra que parece terminar...

He ganado un amor
y experiencias de vida...

aunque también he perdido
sensibilidad...
y fe
en el ser humano...













*

1 comentario:

  1. Me ha encantado leer tu experiencia, tus sentimientos, gracias por compartirlo.
    Eres estupendo, te quiero, Besos.

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