domingo, 7 de agosto de 2016

Descubriendo el agua en Rwanda


Un día más tarde de lo esperado aterrizo en Kigali.
Un día pasado en Barcelona que comenzó con una sabrosa acogida en forma de cena por parte de Lorena y Jauma.
Un día que aproveché en la oficina de Oxfam para recopilar información sobre el destino que me espera a mitades de agosto, Niger... pero esa otra historia que ya llegará.


Como iba diciendo,
el avión aterrizaba en Kigali, capital de Ruanda.
Cuando escuchamos el nombre de este pequeño país
el país de las mil colinas,
encerrado en el centro-oeste de África,
a mucha gente le viene a la cabeza el genocidio ocurrido dentro de sus fronteras a mediados de los '90...
...pero ya ha pasado mucho tiempo desde entonces...y muchas cosas...
una relativa paz ocupa sus tierras y a sus gentes,
ya sean hutus o tutsis, aunque esa separación desapareció oficialmente tras la masacre,
y socialmente no la observo...aunque tampoco pregunto por ella.

La bonita y desarrollada ciudad de Kigali tan sólo me acoge una noche antes de coger carretera hacia el sur-oeste del país, a la región de Kirehe.
Tras apenas 3 horas de carretera, subiendo y bajando incontables colinas,
donde vuelvo a disfrutar del paisaje coloreado por la tierra roja y la verde naturaleza que ofrecen estos países del centro del continente africano,
llegamos a la villa de Nyakarambe,
donde Nega (mi compañero de trabajo en esta ocasión) y yo nos instalamos en una especie de pensión. No tardamos en volver a subirnos al todoterreno para recorrer los kilómetros que aun nos faltan hasta llegar al destino de nuestra misión, el campo de refugiados de Mahama.
Primero 15 minutos por carretera y luego 40 minutos más por los caminos de tierra que nos llevan hasta la frontera con Tanzania, a la vera del río Kagera...
...donde se asientan los cerca de 50,000 refugiados burundeses que llegan huyendo de la crisis política (y militar) de su país desde hace poco más de un año.


Esta vez me toca trabajar como un ingeniero hidráulico más que nunca.
Exclusivamente se me pone al cargo del estudio de terreno que me ayudará a diseñar un modelo estándar para red de abastecimientos de aguas en campos de refugiados, y en este caso, también debo aportar directrices para la mejora del funcionamiento del abastecimiento del campo de Mahama.


Durante los 7 días que pasamos en el area recorremos, pateamos y trochamos por cada rincon de esta gran villa en construcción, y así tomamos los datos con GPS;
mediante conversaciones con las personas beneficiarias de nuestro trabajo adquirimos otras informaciones tanto o más importantes;
y con la inestimable ayuda de Norbert y su estación total topográfica, completamos el estudio altimétrico tan importante cuando hablamos de la distribución de aguas.



Vuelvo a sentirme un ser extraño,
como un mono en un zoológico al que todo el mundo observa.
El único de piel clara.
Principalmente son los niños los que salen de todas las esquinas y me rodean.
Trato de mantenerme lo más abstraído posible de ellos (profesional?),
discutiendo con Nega las opciones y posibilidades
y colectando la información que necesitaré cuando ya frente al ordenador me siente a diseñar.
A veces se hace muy complicado hasta escucharme a mi mismo con docenas de pequeñajos gritándome "Musungu!!!" mientras me lanzan la mano...
en esos momentos intento, de una manera más o menos suave, hacerles entender que necesito tranquilidad para trabajar.
En varias ocasiones los adultos se ponen serios para alejarlos de mi...me siento aliviado, pero al mismo tiempo entristecido al verlos alejarse.
En otras ocasiones se me cae el corazón al suelo
cuando algún enano de no mas de dos años,
corriendo se abraza a mis piernas
como si yo fuese el perrito que siempre quiso tener...
recojo mi corazón de sus manos
cuando mis ojos empañados se encuentran con los suyos.

También visitamos la actual planta de tratamiento de aguas,
la cual utilizamos para potabilidad más de un millón de litros diarios del agua del río que separa Ruanda de Tanzania.

Pero a su vez, Oxfam está construyendo una planta  más permanente,
ya que se espera que este campo se mantenga por muchos años más.
Por eso se construyen también "casas" de adobe que sustituyan las tiendas de plástico donde actualmente duermen cada noche...
y letrinas con tanque séptico
y duchas mejoradas
todo comunal y todo mejorado para que aguante el paso del tiempo.

La comunidad de acogida no llega a los 5,000 habitantes
(un 10% de los refugiados a los que acogen)
y reciben
y recibirán
los beneficios de su humanidad.
Entre otras cosas, se ha construido una gran escuela donde 13,000 niños
ruandeses y burundeses
estudiarán juntos durante los próximos años...



Nos damos una mañana de descanso
y la aprovechamos para acercarnos  a la cascada de Rusumo...
Tras las pertinentes fotos,
me quedo simplemente apoyado en la barandilla
y dejo que mis pensamientos se sumerjan en las agua durante un tiempo
en el cual olvido quien soy
y donde estoy...

La fuerza del agua es imparable
y a su vez infinitamente flexible
("be water my friend!")

Aprendamos del agua.

Yo no la manejo
tan sólo trato de entenderla...
y me queda tanto por aprender...




Por último,
y como despedida ya de vuelta en Kigali,
Nega y yo nos damos un homenaje en el hotel "Mille Collines"
(para quien no conozca su historia,
ya está tardando en ver la película "Hotel Rwanda").
Y tras las ultimas reuniones,
pues otras 21 horas de vuelo,
de vuelta en Sevilla,
donde tengo que desarrollar los diseños
para los cuales he recogido tanta información y motivación.

No hay mucho tiempo,
pues en apenas 10 días me largo a una nueva respuesta de emergencia olvidada...
pero cada cosa a su tiempo...
y el mío sigo aprovechándolo magníficamente!



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